jueves, 25 de abril de 2013

Las cosas que me gustan hacer en Caracas...


Este post se lo dedico a Camilo Cortes por 
su valiosa labor



Cinema  bajo las estrellas 
  
Digamos que es ir al cine. Pero al mismo tiempo, no. Así de contradictoria me resultó la experiencia de ir a una proyección de Cine a Cielo Abierto en el Centro de Arte Los Galpones. Es que no puedes sentirte igual que en una sala de cine cuando estás viendo una película bajo las estrellas, con la luz de la luna y un grupo de personas sentada a tu alrededor en sillas de playa o acostadas sobre un mantel en el hermoso jardín de Los Galpones. No, no puede ser igual.
 
Hay quienes se llevan su manta para sentirse como en el sofá de su casa. Otros, se llevan su cestica cual picnic y acompaña la película con unos “canapes” de lo más chic. Eso por contarles algo, pues se ve de todo. Lo cierto, es que cada quien aprovecha la oportunidad para maximizar esa experiencia y hacer de algo tan simple como ir al cine una forma de “hacer ciudad”.

Ojo. Esa interpretación no la hago yo. La frase se la robo a Camilo Cortes, el curador de la muestra de películas que se proyectan todos los sábados a las 7 de la noche en Los Galpones, quien antes de comenzar cada función recuerda a los asistentes que el propósito de ir al cine a Cielo Abierto, no es precisamente ahorrarse el dinero de la entrada, sino compartir una expresión de arte con el otro en un espacio al aire libre. 

Lo interesante es que esta práctica se ha venido replicando en otras partes de la ciudad. La Plaza Los Palos Grandes se ha sumado como punto de encuentro para los cinéfilos. Lo mismo que la Plaza Bolívar de El Hatillo, la Plaza El Cristo de Baruta, así como el centro cultural La Pizarra y hasta la Concha Acústica de Bello Monte. Lástima que se haya perdido la Hacienda La Trinidad como otra alternativa para disfrutar del cine al aire libre, luego de que no se haya llegado a un feliz acuerdo con los vecinos. Pero, bueno... no todo es perfecto.

En fin... Atrévase a salir de la rutina de ir a una sala de cine convencional y pruebe la experiencia de ir al Cine a Cielo Abierto. Puede que al principio se sienta un poco extraño por tratarse de una experiencia nueva. Pero ya verá que la siguiente vez, hará como la gente que me acompañaba la noche que proyectaban la película chilena NO, que estaban tan cómodos que se sentían como en casa.

Entonces qué... ¿nos vemos en la próxima función?

Mirelis Morales Tovar
@mi_mo_to


martes, 9 de abril de 2013

Las cosas que reflexiono en Caracas...






¿Por qué VOTARÉ el 14A?


Es un derecho y un deber. Y para los venezolanos, se ha convertido en casi una rutina.

En los últimos 14 años, voté en contra de un hombre y su proyecto de país.

El próximo 14 de abril, votaré más que a favor de un candidato, lo haré por respeto a quien ha demostrado jugárselo todo.

Mi voto será una manifestación de apoyo. Pero también un voto de confianza y de esperanza hacia lo que aspiro para Venezuela.

Me cansé de vivir en un país que se quedó rezagado del crecimiento que experimenta el resto de la región. Me fastidié de escuchar frases tan antipáticas como “ese país de mierd…”, de personas que decidieron abandonar la lucha.

Ya no quiero sobrevivir ni seguir mal viviendo en esta “Tierra de Gracia”. Deseo calidad de vida y creo que eso no es mucho pedir.

No quiero que nada me impulse a irme de este país, como lo tuvieron que hacer mis hermanos o mis amigos. Más bien deseo permanecer con la idea de devolverle todo lo que debo a Venezuela. 
Afuera todo está hecho, aquí está todo por hacer.
Este 14 de abril voto por mi. Pero también por ti, por la gente que se fue y por los que quieren seguir creyendo. Pero sobre todo, por quien decidió dejar el pellejo en este contienda.
Un voto sí hace la diferencia.  Vayamos sin triunfalismo, pero con esperanza. Y conscientes de que nos lo estamos jugando todo.


Mirelis Morales Tovar
@mi_mo_to
Imagen: Masseratti2lts

viernes, 5 de abril de 2013

Las cosas que me gustan hacer en Caracas...



Los días sexys del Cine Urdaneta
Vamos a sincerarnos. ¿Quién no sintió alguna vez curiosidad por entrar al antiguo Cine Urdaneta? Por seis años trabajé en la famosa esquina Puente Nuevo a Puerto Escondido y casi todos los días me tocaba pasar por al frente del cine porno para ir a mi trabajo. Juro que me encantaba ver los títulos de las películas e, incluso, llegué a memorizarme algunos que me marcaron: Lily, la insaciable. Confesiones eróticas de un cartero y las reporteras del sexo. ¡Ja! 

Los lunes eran impresionante ver la cola de “cinéfilos” para aprovechar la función a mitad de precio. Los hombres solían aparentar que leían el periódico y subían el ejemplar lo más que podían para taparse la cara. Esos no me impresionaban. Lo más insólito era ver a parejas tomadas de manos haciendo la cola para entrar a la función. Y yo imaginaba cómo había sido esa invitación: ¿mami, quieres ir al cine? Jeje. 

Tanto di, que un día me atreví a hacer mi colita. No me acuerdo del nombre de la película. Creo que, en estos casos, es lo de menos. Yo sólo quería vivir la experiencia de entrar al Urdaneta. Recuerdo que al llegar a la taquilla, una mano te hacia entrega del ticket por el orificio del vidrio. Ni “Buenos Tardes”, ni “Disfrute su función. Nada. Lo que le daba un aire de clandestinidad a este plan de ir al cine. Al entrar a la sala, luego de pasar por un gran hall llenó de afiches de películas porno, me esperaba una toma de sexo oral en primerísimo primer plano. ¡Vaya!




Quise sentarme lo más rápido posible para no incomodar a los espectadores, que debían estar de lo más concentrados. Pero, por lo visto, todos estaban pendientes de quien entraba o quien salía, porque más de una cara se volteó al sentirme llegar. Quizás esperando compañía. No sé. Lo cierto es que habiendo bastante espacio en la sala, un caballero se sentó a mi lado y otro se sentó a un lado de mi valiente acompañante. ¡Se encendieron mis alarmas!

Tras unas tomas más de sexo oral y afines, mi vecino comenzó a tocarse y el vecino de mi acompañante también. ¡Caramba, se emocionaron! ¡Vámonos de aquí! -Permiso, caballeros. Muchas gracias, sigan en lo suyo, nosotros nos vamos. Antes de salir, me detuve a preguntarle al vigilante por el “mito urbano” de aquellos famosos balcones de señoritas que supuestamente existían en ese cine: - Ayy, joven, me dijo muy respetuoso. Están cerrados porque no hay vigilantes que los cuide. Pero si usted quiere, se puede quedar por aquí y yo vigilo que nadie los moleste. Jeje –Gracias, señor. La verdad creo que no entendió lo que le quise decir, pero tampoco le iba a dar largas. 

Luego de esa experiencia, no volví más al Cine Urdaneta. Hasta hace unos meses, que fui a ver cómo había quedado su remodelación o su transformación a lo que es actualmente el Cine Aquiles Nazoa. ¡El cambio es del cielo a la tierra! La verdad, quedé gratamente sorprendida. Lo que más me gustó, más allá de lo bien que quedó la sala, es que hayan conservado los afiches de las películas porno y hayan adornado con ellos las paredes para recordar la etapa más sexy de ese recinto.



¡Vayan! Y comprueben por ustedes mismos, la transformación de este espacio. Hay funciones todos los días a las 4pm y a las 6pm. Pueden tomar el autobús identificado con el logo del Cine Aquiles Nazoa en la estación El Silencio que los dejará en la puerta del teatro y los recogerá al final de la función, completamente gratis. Les sugiero revisar la programación en la web del Gobierno del Distrito Capital y planificar su salida al cine. Vamos a darle una oportunidad. El Centro también tiene lo suyo.

Mirelis Morales Tovar
@mi_mo_to
Fotos: Cadena Capriles