domingo, 20 de octubre de 2013

Por el Medio de la Calle culminó su ciclo



Por el Medio de la Calle culminó su ciclo

En la vida hay que cerrar ciclos. Pasar la página. O aprender a decir Adiós, como diría el gran Cerati. Y creo humildemente que a Por el Medio de la Calle le llegó su hora.
 

Fui una gran defensora de esta iniciativa. Incluso, durante su peor edición que se vivió en 2011 llegué a afirmar que había que darle un voto de confianza, por todo lo que ha aportado a esta ciudad.


Aplaudí que sus organizadores hubiesen aprendido la lección de esa edición y que se hayan arriesgado a cambiarle formato para no dejar morir un evento que en sus primeras ediciones nos enseñó el significado de vivir la ciudad. 



Pero luego de asistir a su octava edición, considero que Por El Medio de la Calle culminó su ciclo. ¿Por qué? Porque lamentablemente, las propuestas artísticas muestran cada vez menor calidad. Y me da la impresión que al montaje se le pone menos cariño. Puede ser un tema de presupuesto, seguramente. Pero soy de las que cree que si no hay dinero para hacer algo de alto nivel, mejor guardarse las buenas intenciones.




Creo que el formato se agotó. Dejó de ser novedoso. Por tanto, ya no sorprende al público y considero que eso es fatal para un evento de este estilo. 


Pero lo que me parece determinante para asegurar que Por El Medio de la Calle debe culminar su ciclo es percibir que el público no ha aprendido nada. El hecho de que los chamos se presenten con "mazinger" de ron o anis e incluso cavas para “disfrutar” del evento evidencia que desconocen el significado del “espacio público”. Por tanto, si ocho ediciones no han sido suficientes para enseñarles, entonces es mejor salir por la puerta grande.


No le achaco la culpa a los organizadores. Todo lo contrario. Mi ovación de pie por la valentía que han tenido de mantener este evento contra viento y marea, en un país donde la continuidad no es una norma. Que han sabido aceptar con humildad las recomendaciones y han tenido el coraje de hacer correctivos en cada edición para mantenerlo. Pero, a mi juicio, llegó la hora de decir adiós. Y avanzar a otro capítulo.


Por mi parte, sólo me queda decir GRACIAS, POR EL MEDIO DE LA CALLE. GRACIAS POR TODO.

Adiós.

Mirelis Morales Tovar
@mi_mo:to

viernes, 11 de octubre de 2013

Las cosas que descubro de Caracas (tarde, pero seguro)



Mi encuentro con la Casa Natal de El Libertador
La culpa es de mi colegio. Cómo no, que profesora iba a sacar a un poco de niñas de aquel monte donde estábamos para llevarnos al Centro de Caracas.

La culpa también es de mi mamá. Si, Eggi, tuya. Tú lo niegas. Dices que si me llevaste, que estaba muy chiquita. Pero la verdad, yo no me acuerdo. Así que no vale. 

Lo cierto es que nadie me llevo a conocer la Casa Natal de El Libertador. ¡NADIE! Y así estuve todos estos años con ese bache cultural. Que pasó a ser un hoyo negro. 

Así que yo solita me fui a resolver ese tema antes de que me tragara la ignorancia y la curiosidad. 
Nunca es tarde. Siempre lo he dicho. Aparte, tenía la excusa perfecta: la Casa acaba de ser reinaugurada, el pasado 24 de julio. Así que la vería como tacita e plata.


Confieso que quedé gratamente sorprendida. La casa es simplemente hermosa. La propia casa colonial con su portón de madera imponente, su patio central, su piso rústico. 

Pero lo que más me maravilló fue ver los cuadros de Tito Salas que ilustran escenas de la vida de El Libertador. ¡Waooo! Me pude morir cuando vi Mi Delirio sobre el Chimborazo. No pude más que acordarme cuando en el colegio tuve que aprederme ese mamarro e' texto.

"Yo venía envuelto en el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del Universo". 
(No se hagan las locas, chicas del Caniguá, que bastante que lo recitamos)

Les confieso que salí complacida con la visita. Pero, sobre todo en paz conmigo misma, por haber saldado esa deuda con la historia y con la ciudad. ¡Ja! Así mismo. Uno no puede ir por la vida con esa culpa. Y hacerse llamar venezolana cuando ni siquiera conoces la casa del padre de la Patria. Es casi un deber. ¡Y yo lo he cumplido!



Mirelis Morales Tovar
@mi_mo_to
 
PD. Ahora aprovecharé mis vacaciones para saldar otras deudas. La Quinta Anuaco; El Parque Los Chorros; el Mausoleo (feo y todo, pero iré) y hasta el Museo Histórico Militar. ¿Por qué, no?

PD2: 
La Casa de El Libertador está ubicada en San Jacinto a Traposos
Horario: Martes a viernes de 9:00 a 4:00pm- Sábados, domingos y feriados de 10:00 a 4:00pm