No soy de aquí. Ni de allá
Sí, me siento libre. Pero también siento que no soy de este lugar.
No soy de aquí. No es mi país.
Soy una extranjera. Y lo seré siempre.
Aunque diga “vale”, aunque diga “coche”, aunque diga “móvil” nunca seré de aquí.
No me acostumbro a desayunar tortilla de papa. Ni a tomar chocolate caliente después de rumbear. No concibo hacer una siesta después de almuerzo ni que el domingo sea de fiestas de guardar (*). Sigo diciendo “Buenos Días” en vez de “Hola”, dando un solo beso en vez de dos y pidiendo las cosas “por favor”.
No soy de aquí. Lo sé. Pero que libre me siento.
Libre de caminar por la calle sin tener que mirar a los lados. Dichosa de poder disfrutar del espacio público. Civilizada de detenerme en la escalera mecánica en el lado derecho o circular por el izquierdo. Maravillada por el funcionamiento del transporte público. Sorprendida por tan variada oferta cultural. Y avergonzada por no lo leer al mismo ritmo de quienes viajan conmigo en el metro.
Pero no soy de aquí. Y, sin embargo, tampoco de allá.
Aunque muero por una arepa con queso guayanés, aunque mi léxico está saturado de disminutivos, aunque diga “chama” “chévere” y “vaina” cada dos oraciones, no soy de allá.
No me acostumbro a vivir con el miedo de que “seré la próxima”. No concibo la viveza como modo de vida. No comulgo con la intolerancia, el irrespeto, la violencia y el oportunismo. Sigo dando los “Buenos Días” aunque pocos me contesten, sigo alardeando de nuestra ciudad aunque pocos la quieran, sigo teniendo esperanza de un futuro mejor aunque muchos la hayan perdido...
¿Quedarme? No lo sé. Aquí ya está todo hecho. Allá está todo por hacer.
Mirelis Morales Tovar
@mi_mo_to
(*) Día en que hay obligación de oír misa.
Estoy escribiendo este comentario con el corazón chiquito y los ojos aguados... Sé exactamente como te sientes, muero por volver a Venezuela, ya me queda poco para volver de hecho. Pero no sé si después de todo este tiempo afuera seré capaz de volver a la anárquica Caracas. Aunque ahora ¡¡como la extraño!! No importa que use el acento más ingles posible, que adorne las cosas con "quite" sth, o que me despida con un "cheers" o un "ta-ta", nunca seré de aquí...
ResponderEliminarPero siento que ya tampoco pertenezco a Venezuela, siento que tanto irrespeto, tanto desdén, tanto mal trato al ciudadano en general y la falta de atención por las necesidades del venezolano, es algo que ya no va conmigo...
También guardo la esperanza de que en algún momento todo mejorara, y tampoco dejo de decir lo bella que es Venezuela y lo mucho que la quiero... pero ¿pertenezco a la ciudad? no lo sé…
¡Gracias por este post! Nos seguimos leyendo.
¡Saludos!
Vic.
Excelentes palabras :/
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMirelis, no sabes cuanto te entiendo. Pero cuando veo a mi bebecita que nació hace menos de un mes, me digo a mi mismo que he tomado la mejor decisión al radicarme en Australia. Sencillamente ya no me sentía en mi país, y la verdad suena duro pero aquí si me siento en casa. Las comidas y costumbres son distintas pero si se es flexible se disfruta el cambio. Lo único que extraño de la Venezuela que dejé es a mi familia y amigos. Pero de la Venezuela en que vivía cuando nos conocimos por allá en los 90, lo extraño todo. Ojalá pueda algún día volver a mi país y encontrar que todo eso se ha recuperado. Un abrazo amiga, ojalá nos podamos ver de nuevo!
ResponderEliminarHola Mirelis!
ResponderEliminarMe siento completamente identificada con tu escrito. Yo particularmente extrano algunas cosas que existieron cuando era una chama, aunque siempre me senti un bicho raro en mi propio pais. Pido a Dios que el pueblo venezolano crezca y haga de mi hermosa Venezuela un orgullo para todos nosotros y para el mundo, los gobernantes tienen una gran responsabilidad pero el ciudadano es el dueno de la ultima palabra.
Saludos cordiales desde Montreal,
Yasmin
Puedo extrañar lo fue, mas no sentir ganas de volver a lo que es hoy, y sobre todo en lo que se va a convertir.
ResponderEliminarVoy para 4 años fuera y solo recuerdo sabores y olores, me dan antojos de cosas que hoy no tengo, pero las compenso con otras que ahora aprecio mas.
No soy ni de aqui ni de alla, soy del ahora y el mañana.
Eso me basta...
@ndru
Gracias a todos por compartir conmigo lo que se siente estar afuera. Es duro cuestionarse todos los días lo mismo. Ustedes ya se fueron, yo no. Y estar temporalmente en otro país y vivir lo que otros llaman "calidad de vida" te hace cuestionar tantas cosas. Aparte escuchar las experiencias de tantos venezolanos... Es duro. Es tener el corazón partido. Es querer vivir allá con lo mejor de acá. Es querer tener un mejor país y no saber qué hacer. Es querer luchar por mejorarlo, pero no saber si eso te costará la vida o si realmente servirá para algo. Lo cierto es que así me siento y que, por lo pronto, volveré porque tengo una mínima esperanza. Gracias a todos!!!
ResponderEliminarEXCELENTE COMO TEXPRESAS, ES BUENO SABER QUE ESA ES TU MANERA DE PENSAR . Y REFLEXIONE SOBRE ESO . DEBERÍAN HABER MÀS PERSONAS QUE PUIENSEN ASÌ , QUE SEAN CAPACES DE DETECTAR EL PROBLEMA , PARA ATACARLO DE FRENTE . BIEN .
ResponderEliminarSaldouso .
(la palabra Saludos siempre me queda mal escrita , igual que Carcas)
Solo diré que te entiendo. Sigo aquí en esta ciudad de furia, pero quisiera estar allá en una Barcelona cosmopolitica. A veces me siento como ti, pero aqui.
ResponderEliminarLeí el post e inmediatamente sentí que estaba viajando al futuro y leía mis pensamientos. Aún sigo atrapada en esta ciudad caótica, con una pierna y la mitad de la cadera en Barcelona. Que sensación tan extraña es pensar que puedes estar sintiendo lo que en unos meses yo sentiré, pero más extraño aún fue encontrarme con tantas respuestas de venezolanos en el exterior con el corazón arrugadito de la misma manera.
ResponderEliminarQué fuerte.
Pero así es, así somos, así nos ha tocado. Ahora me toca ser fuerte y aferrarme a las cosas buenas que sustituyan aquella nostalgia inevitable que sentiré.
Excelente post.. saludos :)
Cuando decidí regresar a Vzla. fué excatamente por la misma razón que es la última línea de tu post: aquí TODO está por hacer. Aquí tu esfuerzo vale y sirve de sostén y ayuda a quienes más lo necesitan. De los años de bonanza nos quedó la comodidad, que se afinca en que "solo me importa lo mío y mientras yo esté bien, los demás que se j...n"; allí se enraizan la viveza, el oportunismo y el irrespeto que tanto nos fastidian la vida cotidiana en esta mal querida ciudad; cuando entendamos que somos un colectivo lo mismo frente a un semáforo que en la cola del supermercado, habremos avanzado hacia ese país que deseamos pero por el cual no estamos muy dispuestos a hacer mas que aquello que nos beneficie personalmente... Te animo, a pesar de las circunstancias, a regresar. Finalmente, si todos los "buenos" nos vamos, le dejaremos el país a los "malos"...
ResponderEliminarEl Mediterráneo es la clave, todo en ello es azul, reposo, intercambio... convertid de una vez el traicionero Caribe en Mediterráneo!!!
ResponderEliminarÍTACA
Cuando salgas en el viaje, hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
y al feroz Poseidón no encontrarás,
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergue delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que con cuánta dicha, con cuánta alegría
entres a puertos nunca vistos:
detente en mercados fenicios,
y adquiere las bellas mercancías,
ámbares y ébanos, marfiles y corales,
y perfumes voluptuosos de toda clase,
cuanto más abundantes puedas perfumes voluptuosos;
anda a muchas ciudades Egipcias
a aprender y aprender de los sabios.
Siempre en tu pensamiento ten a Ítaca.
Llegar hasta allí es tu destino.
Pero no apures tu viaje en absoluto.
Mejor que muchos años dure:
y viejo ya ancles en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Ítaca.
Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no hubieras salido al camino.
Otras cosas no tiene ya que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te ha engañado.
Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta,
ya habrás comprendido las Ítacas qué es lo que significan.
Salvo que yo ya he perdido toda esperanza y no me apetece volver, porque sé que la Venezuela que viví durante mi juventud no regresará, me siento muy identificada con tu artículo.
ResponderEliminarUna desarraigada en España.