miércoles, 15 de septiembre de 2010

Las cosas que otros escriben de esta ciudad...



"El Chuky criollo"

Comparto con ustedes otro fragmento del texto de mi amiga Valentina Ruiz, porque me parece fascinante que conozcamos la historia de los personajes de la ciudad. Esos que están allí siempre y que a veces ni vemos. O que simplemente desconocemos su historia. Me encanta saber de "El Chuky Criollo", porque varias veces lo he visto circular por la ciudad y lo que despierta en mí es miedo (jeje). Por Dios, por qué anda por Caracas con esas cabezas de muñecas guindado. Aquí se enterará... Conozca a Jesús Alexis Poleo

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En las calles de la capital, su 350 abarrotado de muñecas, en trozos y enteras, se ha convertido en una celebridad o, cuando menos, en una curiosidad. Muchos lo asocian con brujería, otros con demencia y algunos más con ganas de asustar. No obstante, él alega que lo suyo es simplemente “por vacilar”. “Por Internet hasta afirman que las puse porque se me murió una hija, ¿cómo van a escribir eso? Yo lo hago porque me distrae, me río, me libera del estrés y hasta de las alcabalas porque yo paso y me gritan: ‘¡ahí va el camión de Chucky!’ o ‘el diabólico’, ‘muñequero’ o ‘cabecero’, ¿y yo? ¡Fino! Total, ya tengo 60 años y ésta es mi oportunidad de vivir más relajado”, asesta.
Descendiente de españoles, se declara creyente en Dios y sin vicios de ningún tipo, y aprovecha para repudiar los robos que le han hecho “para usar los juguetes en asuntos malos”. Hasta choques ha tenido, por huirle a quienes lo han perseguido a la caza de una mano o un tronco de plástico y aunque los hurtos se han incrementado, a su alrededor reinan, en general, la chanza y la buena vibra. “Esto me trae hasta publicidad porque yo le presto servicio, desde hace 18 años, a la empresa de hierro Muentes Otero y los clientes piden que sea yo quien les haga los traslados; es más, si hubiese sabido que esto iba a ser así, las hubiese guindado antes”, asevera a carcajadas.
Y es que todo comenzó, hace poco más de un lustro, como consecuencia de su trabajo, puesto que en ocasiones debía transportar carga pesada por caminos estrechos y como su furgón tiene dos tubos verticales en el parachoques, decidió colocarles las cabezas de unas muñecas para tener una guía más precisa de la distancia que separaba el carro de los muros o las esquinas.
La cuestión se le hizo “graciosa” y buscó más y más para volverse original, al punto de que ya tiene unas 172 y cada semana recibe donaciones: “Me las zumban atrás y yo las voy amarrando ahí mismo. Estén rotas o completas, igualito las pongo. Tú las ves negritas y es por la contaminación, aparte de que me las queman”.
Barbies, Popeye, Bart Simpson, Topo Gigio, Bebés Queridos y hasta tres acompañantes gigantes que se sientan a su lado, integran su inventario. “Como yo no llevo pasajeros, porque ni a mi esposa ni a mis hijos les gusta montarse, las coloqué a ellas y si alguien viene, las saco; tampoco es que les tengo nombres ni nada”. ¿Otra de sus reglas? No incluir peluches porque ésos los coloca en el árbol del que cuelga un centenar de monigotes, en una famosa redoma del 23 de enero cercana a su casa.

Texto: Valentina Ruiz (Revista Dominical)

Versión completa:http://dominical.ultimasnoticias.com.ve/Noticias/Actualidad/Si-me-lo-creo,-lo-soy.aspx

Audiogalería realizada por el fotógrafo Nilo Jiménez con la entrevista a Jesús Alexis Poleo: http://bit.ly/cNPZlF

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