jueves, 19 de noviembre de 2009

Cosas de las que se puede divagar en esta ciudad...


Carta abierta a Cabrujas

Coño, José Ignacio tenías razón… Han pasado casi 20 años desde que aceptaste escribir para El Diario de Caracas y todavía tus textos tienen vigencia. Qué bárbaro. Confieso que tu visión de país la encontré tarde –muy tarde, para ser más sincera- Pero eso ha sido lo más maravilloso. Descubrir que -aún hoy- tus notas responden a los mismos problemas. Mal por este país, claro está, que en dos décadas no ha evolucionado. Bien, por ti. No sé si por visionario, o como quieran calificar ese don. Igual, bien por ti.
Te leo. Y en cada página me consigo a un personaje conocido. Qué familiar, por ejemplo, se me hizo el delirio del populista. Aquel diálogo maravilloso que recreaste entre el presidente Pérez y su entonces ministro Miguel Rodríguez: “¡Voy a congelar los productos de la cesta básica hasta volverlos hielito! (coño, que genialidad, Cabrujas) ¡Aquí la leche se va a vender en cubitos de puro congelamiento! ¡Voy a ampliar la cesta básica a seiscientos productos, incluida la carne de langosta y el paté! ¡Voy a revaluar el bolívar a cuatro veinticinco! ¡Voy a obligar por decreto que cada vaina que se produzca en este país tenga al lado del precio una barrita de plomo, para que no flote!¡No quiero flotación de los precios, Rodríguez! ¡Quiero un hundimiento general de precios! ¡Un Titanic de precios!”. Morí de risas al leer este fragmento. Es que se me hizo tan conocido... debe ser un problema de la silla de Miraflores, por lo visto.
Qué cercano se me hizo también tu cuento de El Poste. Más aún en esta época de racionamiento eléctrico en la que vivimos. De locos, no. Como ves "El país según Cabrujas" no ha cambiado en nada. Claro, salvando algunas diferencias... Ya no hablamos, por ejemplo, de la Compañía Anónima La Electricidad de Caracas, sino de la Corporación Eléctrica Nacional. Y pequeñeces como esas. Pero el padecimiento es el mismo.
"En mi larga experiencia como suscriptor de la Compañía de luz eléctrica, he sufrido avatares diversos: interrupciones del flujo, sobrecargas del flujo, disminuciones del flujo, amaneramientos del flujo, inconstancias del flujo y hasta traiciones del flujo. Pero esto del flujo parcial, realmente nunca me había sucedido.
"Fue así como se me ocurrió llamar al 662-22-22, que es el teléfono de la sección de reclamos de la Compañía Anónima La Electricidad de Caracas, también conocida como SAICA-SACA, siglas que jamás he logrado entender, pero que figuran en la parte superior del recibito. Allí, la mayor parte de las veces, atiende Belkys Chacín (...)
"Pero esta vez no estaba Belkys, sino una telefonista de esas que mascan caramelitos de leche y empegostan las eses para acentuar la jerarquía. De entrada me sentí desamparado, comoOrfeo, cuando le pide permiso a Caronte para atravesar el riíto, porque la escuche decir: -Servicio de Atención al Público, buenos días- y no le creí ni Servicio, ni Atención, ni buenos días, Público, si, y como se dice, de vaina". Bravo, bravo por tí, Cabrujas. Lástima por este país que no ha cambiado en nada
Mirelis Morales Tovar
Ilustración tomada de Relectura.org

5 comentarios:

  1. Muy buena tu carta yo le agregaría el artículo concerniente al Congreso, no hemos avanzado, lo peor es que si seguimos buscando autores remotos de otro siglos nos damos cuenta la cosa no es un mal que arrastremos del siglo XX sino desde la época de la colonia que bárbaro

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  2. Excelente Mirelis, Cabrujas sigue siendo genial y su vigencia abisma

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  3. Buena Mirelis! Y del maestro cito: "En Caracas nada se concluyó. Por eso los caraqueños hemos soñado siempre con el día en que inauguraremos la ciudad, una ciudad que se parezca a nosotros mismos; lo cual es virtualmente imposible, pero al mismo tiempo un delirio colectivo. De allí que el caraqueño goce con el espectaculo de la destrucción de aquello que considera provisional, esperando que en ese hueco aparezca lo definitivo.." J.I.C
    :(

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