jueves, 28 de octubre de 2010

Las cosas que uno tiene que ver en esta ciudad...



Lo que queda del Metro...

Rescato este texto a propósito de las declaraciones del ministro Garcés y del nombramiento del presidente número 11 del Metro en lo que va de revolución

****

Visitar los talleres del Metro de Caracas es ver las entrañas de la empresa de transporte. Es estar en el corazón. Es presenciar la decadencia y sentir dolor por lo que dejó de ser lo que se conoció como la Gran Solución para Caracas.
Allí no hay presidente del Metro que te engañe con comentarios positivos sobre las mejoras del sistema. En los talleres se evidencia de forma cruda y dura las consecuencias de las equivocadas administraciones (y que conste que son bastante, porque por la empresa han pasado 10 presidentes en 10 años) y de la falta de mantenimiento por problemas presupuestarios.
Se observan gusanos de acero inmovilizados sobre rieles y a merced del agua, sin importar que su incidencia ayude a corroer aún más sus piezas, al punto de convertirlo en simple chatarra. Unidades “canibalizadas” por la propia empresa para “parapetear” las que circulan a duras penas por la Línea 1.
Un trabajo publicado por la periodista Migdalis Cañizales revela que, de los 85 trenes que funcionan en las cuatro líneas, 11 están inmovilizados, lo que representa 13% de la flota. De los 48 trenes que deberían operar en la Línea 1, sólo funcionan 41 y en las horas picos se habilitan entre 36 y 39.
Fuentes del Metro han informado que al menos 35 trenes presentan fallas. Ello explicaría por qué se habla que actualmente el sistema registra 100 minutos de retraso en promedio. “Según el informe de operaciones de marzo, se pierde 10% del horario de operación”, se lee en el trabajo de Cañizales.
En los talleres, ningún trabajador se impresiona de ver casi 200 motores en el suelo a la espera de ser reparados. Se ha vuelto cotidiano. Tampoco se horrorizan de ver unidades sin puertas, sin ventanas, con piezas incompletas… Poco pueden hacer al respecto. Pero les duele y así lo manifiestan quienes tienen años laborando en el Metro. “Es lamentable ver cómo se ha deteriorado una empresa emblemática, donde nos formamos como profesionales”.
Es tanta la desidia que hace unos días los trabajadores observaron la presencia de unos bidones que presuntamente contenían aceite desechable proveniente del mantenimiento y resultó que los pipotes contenían una mezcla tóxica, que requirió de la presencia de los bomberos. Pero en vez de removerlos, fueron ocultados tras una carpa. Hasta que finalmente fueron trasladados de forma improvisada.

Triste es lo que se vive en el Metro y más lamentable es que nadie actuó para evitarlo...

Mirelis Morales Tovar

Fotos: @mi_mo_to y cortesía

1 comentario:

  1. Mirelis:
    Me encanta tu blog. No se como no lo había descubierto antes. Este artículo sobre el metro refleja la indolencia y decadencia que sufre el resto de la ciudad (con algunas honrosas excepciones) y del que todos somos copartícipes aunque sea por indiferentes.
    Yo también soy un sufrido caraqueño y me lastima el ánimo estas cosas, que aunadas a la "sensación de inseguridad" han convertido a Caracas en la capital del infierno, o por lo menos del purgatorio.
    Sigue con to excelente labor.
    Fernando Paris
    http://fparis.blip.tv

    ResponderEliminar